10.2.21

Unas preguntas de Capote

Eso. Las preguntas que se hizo a sí mismo Capote me las hicieron a mí hace mucho tiempo y contesté esto, pero puede que ya no esté de acuerdo con algunas de las respuestas. Se verá cuáles.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
La Biblioteca Nacional.
¿Prefiere los animales a la gente?
Según el lado de la cama que elijan.
¿Es usted cruel?
Eso depende del tipo de carne que me sirvan. Pero en general, soy duro, pero cariñoso. Flat, me llamarían los anglosajones.
¿Tiene muchos amigos?
Conozco a alguna gente. Amigos: en Facebook como mil y pico; en la vida, se van destilando.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
El respeto.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
En Venezuela, los amigos no decepcionan, echan una vaina; en España, joden.
¿Es usted una persona sincera?
Hasta que comienza la letra pequeña.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
El tiempo libre no existe; es una trampa para hacernos trabajar y consumir más. En realidad, la vida es un continuo tiempo libre, y lo vamos llenando con nosotros mismos, a menos que se nos imponga un amo.
¿Qué le da más miedo?
Soñar con gente muerta y que justo me den ganas de orinar. Ir al baño en medio de una noche de muertos empavorece.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
No suelo escandalizarme en el sentido moral de la palabra. Quedan poca ropa y pocas ganas para estar escandalizándose a estas alturas.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Una vez le preguntaron a Stephen King por qué había decidido escribir historias de miedo, y él contestó ¿qué le hace pensar que fue una decisión?
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Ahora mismo, no, pero prometo modificar esta pregunta pronto.
¿Sabe cocinar?
Hace años que hago un doctorado en arroz blanco, como cocinero y como comensal. Algún día haré (y comeré) el mejor arroz blanco del mundo.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
¿Paga bien el Reader’s Digest? Hay varias opciones, y las enumero no en orden de importancia sino como me van saliendo: Alejandro de Macedonia, J. S. Bach, Galileo Galilei, Leonardo da Vinci, Armando Reverón, Olimpia de Epiro, Hipatia de Alejandría, Hildegarda de Bingen, Simón Rodríguez, Andrés Bello, Juan Germán Roscio y Francisco de Miranda. Ah, y Scarlett O’Hara.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
El fonema consonántico nasal y labial m.
¿Y la más peligrosa?
«El lenguaje es el más peligroso de los bienes», así que hay para elegir un montón de palabras.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Como todos. Pero parece que hacerlo es más complicado que eso.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Mi tendencia política se acerca a esta frase: hay que tener ideas en vez de ideología; porque en la ideología, ella lo tiene a uno. La ideología es un lecho de Procusto, y eso es muy doloroso.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Agente fantasma.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Soy como un cura de la Edad Media: mis vicios son la gula y la pereza.
¿Y sus virtudes?
Me reservo el derecho de admisión.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
No es momento para estar teniendo imágenes, sino para salvar la vida

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